jueves, 23 de octubre de 2014

Las inherentes quimeras que acechan la conciencia.

Con frecuencia, lo mejor es no pensar, no reflexionar para nada a cerca de lo que te rodea, de tus problemas, de la monotonía de la rutina.
Porque si piensas te resulta absurdo.
Levántate! Retrasa si quieres unos minutos la alarma del despertador. Piensa en las cosas que tienes que hacer hoy. Date una ducha que no querrás ser esa persona del vagón de metro que va apestando.
Ah y desayuna bien (dicen por ahí que es la comida más importante del día). Vístete y a estudiar o a salir de casa para ir a estudiar o a clase. Piensa en lo que te apetecería comer. Come luego algo que no tiene nada que ver con lo que habías deseado. Recoge la mesa y friega los platos. Ve a clase o échate la siesta. Y después a pensar en la cena o en ver alguna serie de televisión. Y a hacer tus obligaciones. Y a dormir, que mañana hay que levantarse pronto para que no se te olvide hacer todas esas cosas insustanciales.
Creo que la realidad nos supera, nos absorbe. Creo que generalmente las personas se levantan por la mañana y no les apetece moverse y por unos segundos o a veces minutos piensan en por qué hacen lo que hacen, por muy felices que sean. Incluso aunque ellos mismos, meses o años atrás, hayan tomado la decisión de hacerlas y les guste su vida.
Creo que las expectativas nos hunden.
Y que puedes tener muchos sueños pero son muy irrealizables.
Y creo que si alcanzásemos aunque tan solo fuese uno de ellos (o tal vez todos), nos seguiría resultando insuficiente.
¿Está en nuestro genoma el inconformismo, el "quiero más"? Puede ser.
El caso es que entonces piensas que quizá tengas lo que llaman "crisis de identidad" o tal vez seas una gilipollas caprichosa. Y sacudes la cabeza, dejas de pensar en esas cosas que podrías estar haciendo en vez de las que haces ahora, las ignoras, las ahogas en una parte profunda de tu mente como si las encerrases en un cajón con llave y entonces lo olvidas y vuelves a pensar en lo que tenías que hacer hoy.
¿Ves? La rutina te atrapa.
Y aunque ya no sigas reflexionando sobre eso, te sientes como si te engañases a ti mismo e intentases esconderte lo que piensas.
Y desechas esa idea que pasa por tu mente unas milésimas de segundo. Te sientes como un niño que piensa que tiene un monstruo debajo de la cama y no se atreve a mirar y se arropa más fuerte en el tacto conocido de su edredón.





miércoles, 8 de octubre de 2014

The way we get by.
















We get high in back seats of cars
We break into mobile phones.
We go to sleep to shake appeal
Never wake up on our own.
And that´s the way we get by,
the way we get by..
We go out on stormy weather.
We rarely practice discern.
We make love to some weird sin.
We seek out the taciturn.
And that´s the way we get by,
the way we get by.