jueves, 11 de junio de 2015

El pedrusco de Sísifo.

Según Nietzsche, hay que asumir el absurdo y entregarse a él.
La vida es un cuento lleno de ruido y furia contado por un idiota, decía Shakespeare.
Y eso es lo que hay que valorar. No vivir en ilusiones ni mentiras.
Si la vida es una locura, ¿por qué no vivir locamente?
¿Por qué no aprovechar que nada tiene sentido para inventártelo tú?
Habría que disfrutar de la vida de forma irreflexiva como si fuésemos niños y no se nos fuese a agotar la energía, las ganas y la propia vida jamás.
Precisamente en la asunción consciente de un mundo y una condición finita, trágica, absurda, reside la belleza de luchar contra ello como si la lucha tuviera sentido sabiendo que carece de él.
Y apasionarse sabiendo que la pasión es inútil.
Negarlo, pese a saber perfectamente que al negar tantas veces lo innegable, lo estamos afirmando
Tomarse la vida en serio aún sabiendo que es un puto juego.
Volver a cargar una y otra vez la piedra de Sísifo.


martes, 9 de junio de 2015

Wendepunkt

Hoy no me pondré a farfullar sobre las cosas que pasan en el mundo que no puedo controlar. No le daré vueltas a ningún problema filosófico ni reivindicaré nada cotidiano.
Lo que hoy cuento me lo cuento a mi misma.
Y es que últimamente me acucia un problema que me está afectando.
No puedo encontrar un puto libro que merezca la pena leer, que me ponga los pelos de punta o me haga reír o sentir algo más allá de que estoy leyendo un puto libro que no me hace sentir.
Se podría decir que es un problema de mierda para alguien como yo. Y para el resto de seres humanos pues seguramente también. Y quizá lo sea. Y quizá he perdido esa conexión para siempre.
Espero que no.
Soy jodidamente feliz, Tengo a la persona que más quiero y más he querido en mi puta a vida a mi lado. Pero no puedo leer. No creo que sea culpa de los libros que he intentado leer últimamente. Pienso que es más bien cosa mía.
Y eso me puede, me supera.
Realmente puede parecer una estupidez pero es algo que me preocupa, que no me deja dormir, que no me deja descansar, que no me permite concentrarme. Es un problema asfixiante.
¿Por qué?
Los libros, las putas novelas gráficas es lo que ha mantenido y mantiene muchas veces mis huesos unidos. Me permiten tener una salida, coger un desvío de mi vida y alejarme de lo coherente. Aislarme de mí misma.
Gracias a poder leer me evado de la realidad buscando otras realidades distintas.
Sin eso mi día a día está perdiendo color poco a poco.