lunes, 30 de junio de 2014

La naturaleza jamás se arrepiente.

Es desmoralizador el comprobar como, a pesar de los años transcurridos, seguimos sin hacer uso de nuestro diferencial de inteligencia con el resto de especies y no la utilizamos para lo poco que nos serviría: rectificar, aprender de nuestros errores, pedir perdón por tanto desatino y tratar de mejorar el mundo en el que vivimos.
Pero qué va. Seguiremos en nuestras posturas intransigentes, en nuestras trincheras, porque aunque digamos que no, nos regimos por la naturaleza, y esta nunca se arrepiente.

jueves, 26 de junio de 2014

Lars von Trier.

Vi hace poco Anticristo, la película de Lars von Trier.
Realmente siempre he tenido reparos con el cine de este director. 
Y entiendo los cachondeos hacia su persona, puesto que es un egocéntrico de cuidado. Eso sí, es provocador e imprevisible.
Esta película en particular te da un puñetazo en el cerebro dormido, despertándolo.
Anticristo va de una historia de una pareja, Él y Ella. Está claro que no hablamos de una mujer y un hombre cualquieras, sino de  todas las mujeres y todos los hombres del mundo en general (aquí luego que cada uno se haga su propia paja mental pero eso es lo que yo creo que desentraña el simbolismo). 
Tras la pérdida dramática de su hijo, ambos protagonistas van a refugiarse para recuperarse de la tragedia en una cabaña que "casualmente" (y lo entrecomillo porque de casual no tiene nada) se llama Edén.
Hasta aquí todo bien. 
Entonces después de un prólogo cojonudo, el filme se transforma en una ida de olla curiosa.
Esta transformación en la trama te da una vuelta y mareado te palpas el estómago preguntándote qué narices te pasa. Es un cambio drástico carente de lógica e intención. Es simplemente una ruptura abrupta de la línea argumental, que deja paso a un abismo de escenas repulsivas y asquerosamente explícitas, desde una masturbación desenfrenada al pie de un árbol, pasando por una amputación vaginal cargada de metáforas hasta una auténtica orgía de lo desagradable, dejando un cine de terror desnudo y visceral.
Te remueves en el asiento, incómodo, mientras no puedes dejar de mirar y pensar y quedas sumido en una depresión bastante profunda durante algunas horas.
Sin embargo a pesar de todo eso, una película que admite al menos una docena de niveles de lectura (todos ellos válidos), es una jodida obra maestra.
Sí, Anticristo es excesiva, pedante, afectada y enfática. 
Y también gratuitamente sádica.
Pero si después de verla no te rondan la cabeza algunas preguntas sobre la culpa, el mal, el sadismo, la misoginia y la impiedad, es que eres una masa de carne incapaz de captar intelectualmente nada que vaya mucho más allá de un chiste de cojos, putas y franceses contado con acento extremeño.


miércoles, 18 de junio de 2014

Mi estilo.

Cuando alguien me pide sea quien sea que mis escritos, mis reflexiones sean más transparentes, más explicativas, me revuelvo por dentro pensando que no todo el mundo puede ser una araña tejedora y constructora de sistemas.
Pienso que me apasiona más hacer lo contrario y que sólo soy apta para fabricar fragmentos, ocurrencias, sugerencias, pensamientos no muy extensos y no demasiado edificados.
El completar simplemente por cerrar un sistema de pensamiento y hacerlo más global, más esférico (y al mismo tiempo simplificarlo), me aburre.
Eso no quiere decir que no me guste matizar.
Mi estilo (tanto literario como filosófico) es intrincado, lleno de alusiones, juegos de palabras, citas, repleto de digresiones, de términos inventados, de referencias imposibles de rastrear (a menudo me refiero a sentimientos, etapas, escenas de series de televisión, letras de canciones).
Mi estilo es un tanto retorcido, soy consciente de ello.
No me gusta tener que reducir algo por muy complejo de entender que sea, no me gusta ni pizca editar una sola palabra sólo para que los demás sepan qué quiero decir exactamente.
Considero que plasmo mis reflexiones exactamente como las pienso.
No creo que triunfe nunca en el mundo literario con aquello que escribo porque no quiero ceder a los deseos de los demás con respecto a mi escueta obra, pues considero que mi producción literaria es y siempre será un conjunto de pensamientos que no tienen porqué estar interrelacionados.
Sistematizarlos los haría llegar a más personas en vez de unas cuantas, pero perderían también su esencia, lo que los hace ser exactamente como son.

Crisis filosófica.

Cuando no puedes pensar sobre algo como te gustaría, te desmotivas y te da por ponerte a cuestionar la propia existencia. Todo se convierte en un problema pseudointelectual que no tienes en absoluto ganas de resolver.
Este proceso se convierte en tu propia piel y simplemente no te afecta.
En realidad, te define.
De pronto te ves de forma sombría como alguien incapaz de preguntarse sobre el mundo, una persona desinteresada y por tanto indigna en cierto sentido.
Eres alguien profundamente ausente en su propia presencia.

Sylvia Plath

" I can never read all the books I want; I can never be all the people I want and live all the lives I want. I can never train myself in all the skills I want. And why do I want? I want to live and feel all the shades, tones and variations of mental and physical experience possible in life. And I am horribly limited.
I am afraid of getting older. I am afraid of getting married. Spare me from cooking three meals a day—spare me from the relentless cage of routine and rote. I want to be free… I want, I want to think, to be omniscient.
 I hate this feeling of not knowing what to do in life".

Nunca podré leer todos los libros que quiero. Nunca podré ser todas esas personas que quiero y vivir todas las vidas que quiero. Nunca podré desarrollar todas las habilidades que quiero.
¿Y por qué quiero? Quiero vivir y sentir todas las sombras, tonos y variaciones de las experiencias físicas y mentales posibles en la vida. Y estoy horriblemente limitada.
Tengo miedo de hacerme mayor. Tengo miedo de casarme.
Ahórrame cocinar tres comidas al día, ahórrame la celda implacable de la rutina y la monotonía.
Quiero ser libre....quiero,quiero pensar, ser omnisciente.
Odio este sentimiento de no saber qué hacer en la vida.

In crescendo.



Comerse la primera tortita.

Por qué lo primero que realizamos o experimentamos suele ser lo más increíble de las siguientes repeticiones que pueden seguir ese acto o esa acción en tándem?

Papel de plata.

Y de pronto saber, ser consciente, de que la idea está agotada, que ya no sirve para nada.
Es como el papel de plata, que ya no puede volver a alisarse del todo una vez ha sido arrugado.

El Tao.

" He oído decir que quien sabe alimentar su vida
no se cuida de los rinocerontes y tigres cuando anda por los montes
ni porta armas ni coraza cuando penetra en el ejército enemigo.

El rinoceronte no encuentra en él lugar donde cornerle
ni el tigre dónde clavar sus garras
ni las armas dónde aplicar su filo.

¿Por qué?
Porque no hay en él lugar para la muerte".

Hume

Hay una idea en Hume que me resulta muy atractiva: se puede no tener fe pero al mismo tiempo se puede creer.
Esto, sin leer a Hume, parece incontestable, como si lo hubiéramos experimentado también nosotros.
La gente extrapola esta idea a la religión, porque no entienden lo que significa.
Creer significa no ponernos a nosotros mismos ni a ninguna de las cosas del mundo que nos rodean en cuestión. La creencia así sería una especie de ética, nos daría nuestros valores y el mundo real.
No hay una conexión física entre causas y efectos, sino una interrelación espiritual.
Pero no nos olvidemos de que se trata de Hume: la verdadera realidad es la experiencia, como si actuase de una forma inductiva, ya que la existencia procede de la razón.
Se trataba de una empecinada objeción, que ha sido posteriormente rebasada por el acuerdo metodológico entre inducción y deducción.
Quizá los filósofos al final estaban comportándose como los clérigos: construían edificios tan cerrados y enigmáticos como los de la iglesia. Sólo quedaba a salvo Sócrates y todo porque este carecía de teoría, libros o texto. Todo en el procedía de la pura existencia, de la empírica existencia.
La ciencia no podía determinar las condiciones de los hombres como si fueran máquinas.
No deja de ser jocoso que ahora, con las tendencias políticas, aparezcan de nuevo los clérigos, diciéndonos qué hemos que hacer y cómo hemos de comportarnos.
Mística y empirismo juntos por primera vez desafiando a la revolución.

domingo, 8 de junio de 2014

Denna.

Tenía algo intangible. Algo cautivador, como el calor del fuego.
Tenía una elegancia, una chispa...
Tenía los labios rojos. No era el rojo chillón, artificial, que tantas mujeres creen que las hace parecer deseables. Sus labios siempre estaban rojos, de día y de noche.
Estuviera donde estuviese, era el centro de todas las miradas. Eso no quiere decir que fuera llamativa ni vanidosa.
Era preciosa. Era tremendamente hermosa, aunque tuviera fallos o defectos.
-P. Rothfuss.