jueves, 30 de enero de 2014

Mi Diógenes moderno.

¿Qué dice de mi el hecho de que tenga un amigo que es un "vagabundo"?
Pues simplemente, yo creo que nada. Y realmente da que pensar que mis conversaciones más profundas sean con él, que mi otro abuelo sea él, que mis ganas por volver a casa no se deban a otra cosa que encontrarme con él de forma casual o premeditada en la salida del metro.
Que me haga regalos extraños y que nadie jamás me haría. Y a veces son totalmente comunes, pero aún así él les tiene tanta estima (eso expresa su gesto al entregármelos), que para mi son de un valor incalculable y descomunal.
Me provoca risa y sonrisa. Nunca lástima, nunca asco como cabe pensar por la repugnante sociedad.
Le doy la mano y me la estrecha más solemnemente que el más agraciado y opulento de los reyes.
Me sonríe y es inevitable sonreír ante ese gesto tímido, docto, sabio y estoico.
Al principio le daba cigarros y se los encendía, luego más tarde dinero cuando por fin me dejó entregárselo (a menudo una cantidad que cualquier persona corriente e incluso acaudalada consideraría una locura extravagante), luego comida, luego libros, muchos libros.
Y siempre, siempre, consiste en un intercambio: un collar de chapas, un beso en la mano, un mechón de su barba anudado con un lazo morado (le dije que era mi color predilecto), un Ginger Ale (sabe Dios de dónde narices lo habrá sacado), una foto rara, un cartón, un dedal, una piedra brillante, y otros muchos tesoros que saca sólo para mi de su abrigo raído, como si me regalase un diamante.
En cierto modo, no puede producirme más que una sensación de plenitud cada vez que hablamos.
Se afeitó su espesa barba de Darwin, me dijo, para no parecer que vivía tanto en la calle, por que la gente juzga sin saber.
Hablamos de política, de historia, de literatura (sobre todo de eso, puesto que él es un erudito y yo aspiro a serlo).
Es significativo que, a pesar de no tener prácticamente nada (eso es lo que la gente opina nada más mirarle sin ver), sea la persona menos materialista y más calma que conozco. Y tiene algo inestimable: su mente.
Verdaderamente él es un auténtico Diógenes contemporáneo. Cuando le dije esto, soltó la carcajada más larga y llena de vida que he oído salir jamás de alguien y me respondió: me falta el tonel, pero me sobran Alejandros Magnos.
Yo también me reí, y lo sigo haciendo al recordarlo.
Por ello, yo le llamo Diógenes (no sé siquiera su nombre verdadero) y el me llama niña (es la única persona a la que le dejo llamarme así) porque yo interpreto y sé, que él me da su escudilla para beber  y hace un cuenco con las manos cada vez que me ve, y yo le doy la frescura que aportan las ideas nuevas y la certeza de que alguien le escucha y le entiende.
Comprendo cómo es, y él también como soy yo. Y por ello nuestra relación de amistad es muy profunda y no está arraigada en nuestros intercambios materiales, sino en nuestros intercambios de pensamientos que nadie, excepto nosotros, compartimos.

martes, 28 de enero de 2014

Nietzsche

Mi veredicto final es que Nietzsche tenía una forma brutal de escribir y una personalidad arrolladora para decir lo que le saliera de los cojones en una época en la que decir todo lo que te saliera de los cojones era una blasfemia absoluta. Esto me ha hecho llegar a la conclusión final de que aunque no llegue a adoptar por completo toda su filosofía, me parece un hombre que tuvo un buen par de testículos que estaban avalados por unas palabras que derrochan una inteligencia sin parangón.
Así que me permito a mi misma subrayar cada una de sus obras como una energúmena y leer de vez en cuando en el suelo, permitiéndome reír a carcajadas cuan chiflada.

Otra estúpida lista.

 1. Escucha buena música.
 2.Lee buenos libros.
 3.Ten buenos amigos
 4.Hazte tatuajes.
 5.Sigue comiendo panteras rosas.
 6.Bebe ron solo con hielo.
 7.Lávate los dientes mínimo 3 veces al día.
 8.No te mires mucho al espejo.
 9.Haz deporte o inventa excusas para demostrar que es inútil hacerlo.
10.Perdona mucho.
11.Escupe en un poema.
12.Lee un periódico aunque no te interese la actualidad una puta mierda.
13.Salta en un concierto.
14.Aprende a tocar un instrumento.
15. Enamórate muchas veces en la vida.
16.No te conformes con nada, ni con poco.
17.Tira la televisión.
18.Enloquece de vez en cuando.
19.Elije siempre el queso más curado.
20.Brinda por los escritores que ya han muerto.
21.Llora por los personajes de tus libros favoritos.
22.No te creas eso de que una persona tiene que tener un hijo, escribir un libro y plantar un árbol.
23.Ponte un calcetín distinto en cada pie.
24.Sueña con frecuencia.
25.Crece.
26.Busca lo bello de las cosas.
27.Encuentra una aguja en un pajar.
28.Elije norte o sur, frío o calor.
29.Ponte gafas de sol aunque esté nublado.
30.Da la vuelta al mundo en menos de 80 días.
31.Recorre los laberintos de tu cabeza.
32.Construye los muebles de Ikea sin leer las instrucciones.
33.Habla y escribe bien tu lengua. Di palabras mal en italiano y di que sabes inglés aunque no tengas ni puta idea.
34.Descálzate al llegar a casa.
35. No digas que tienes un sexto sentido: con cinco tienes de sobra.
36.Cágate en la puta cuando te apetezca.
37.Disfruta de la oscuridad o del silencio. O de ambos a la vez.
38.Dedica un día a escuchar sólo música clásica.
39.Pasa de todo sin pasar de lo importante.
40.Desgárrate el alma.
41.Aprovecha sin dudar todas las oportunidades.
42.Regala discos, libros, momentos.
43.Aprende todas las ideas que no te enseñó tu familia.
44.Viaja todo lo que puedas.
45.Lee las dedicatorias de los escritores antes de leer el libro.
46.Pasa un día entero en un museo.
47.Tírate el café sobre la camiseta y no te limpies la mancha.
48.Conoce la mitología romana y la griega.
49.Come más bacon.
50.Folla menos y haz más el amor.
51.Ignora a los fanáticos.
52.Aprecia los colores, nunca se sabe cuando puedes perder los ojos.
53.Haz rutas gastronómicas.
54.Aléjate de los extremos, busca posiciones intermedias.
55.Déjate llevar por unas buenas líneas, embébete en ellas, emborráchate leyendo.
56.Di la verdad aunque eso te hunda.
57.Ama.
58.Vive.
59.Ríe.
60.Lucha.

Esa gente.

La única gente que me interesa es la que está un poco loca.
Loca por vivir, por hablar, por aprender.
Loca por salvarse; con ganas de todo al mismo tiempo.
La gente que nunca bosteza ni habla de lugares o historias comunes, sino que arde, arde como fabulosos cohetes amarillos explotando igual que arañas serpenteantes entre las estrellas.-Jim Morrison.

Pesimismo optimista.

Casi siempre lo mejor de la vida consiste en no hacer nada en absoluto, en pasar el tiempo reflexionando, rumiando todo ello. Quiero decir, pongamos que alguien comprende que todo es un absurdo, entonces no puede ser tan absurdo porque uno es consciente de que es un absurdo y la consciencia de ello es lo que le otorga sentido. ¿Me entienden? Es un pesimismo optimista.-Bukowski

Eso pasa con las personas.

Cuando miras a las personas por primera vez, solo puedes basar tu opinión en el físico, o en las cuatro frases que les has oído pronunciar.
Pero cuando pasa el tiempo, cuando pasa mucho tiempo, suficiente para saber cómo caminan, qué ropa usan, cuando están contentos, cómo hacerles reír o cuando es mejor no molestar....cuando pasa el tiempo necesario para saber todo eso, entonces tu opinión, tu visión, cambia.
Ellos siguen siendo los mismos.
La persona fea es igual de fea cuando la conociste que ahora.
Sólo ha cambiado tu forma de verla.
Sin embargo, ya no vas a volver a ser capaz de ver a la persona fea que viste la primera vez. Ahora ves una persona divertida, extrovertida, perspicaz, risueña o lo que sea que dicha persona sea.
También funciona a la inversa. Alguien guapo será una belleza muerta si su alma así lo está.
No sé si existe la verdad absoluta. Lo dudo.
No sé si las personas son de alguna manera.
Tan sólo sé que cada cosa de este mundo tiene un significado y una apariencia distintos para cada individuo que observa.
Es bonito pensar que somos capaces de construir la imagen de nosotros que va a formarse en los demás.

domingo, 19 de enero de 2014

Vegetarian Fiesta.

Miro a mi alrededor, mi entorno, el paisaje que conozco.
Miro mis manos surcadas de pequeñas arrugas desde que nací, y me recreo en su textura, en esa aridez suave que sólo poseen en la piel las personas muy mayores, las que usan mucho las manos en su trabajo, o las piedras erosionadas de un río.
Y en esa caricia repetida hacia mi misma, me detengo y me pregunto.
Sonrío y hago muecas.
Realmente, si soy sincera, no sé exactamente qué es lo que hago.
No es vanidad.
No es pensar algo coherente si quiera.
No es divagar, siento que tiene una finalidad inequívoca y que no he hallado porque no me lleva a pensar más allá de los rios, de las aguas agitadas y calmas, de pozos oscuros, de corrientes olvidadas que se pierden en la tierra, que surcan incluso el viento.
El agua envuelve mi mente, y su espuma cierra la pieza como si fuera el lazo de mi pensar.
Escucho música sin más. Sin letra, sólo el sentido y sentimiento que pueden transmitirte unos cuantos guturales desperdigados pero bien puestos...
Es mirar por mirar. Pensar por pensar.
Y, en cierto modo, es perfecto.

martes, 14 de enero de 2014

IGNORANCIA.

Recuerdo cuando, en clase de filosofía, mi profesora nos explicaba como Galileo Galilei se enfrentó al mundo con su teoría heliocéntrica. No eran pocas las veces que Concha nos contaba la historia de cómo se llevaban a Galileo a una sala de tortura con el fin de amenazarle para que no difundiera su teoría. Una vez hubo aceptado y estaba en la puerta para salir dijo:
-De acuerdo, no se mueve. Pero se mueve. (Haciendo alusión a la Tierra).
No sé hasta que punto esta historia es cierta: dudo de mi memoria el evocarla en estas líneas. Y por qué no decirlo, de mi profesora. No por ser ella, sino porque en mi opinión estas anécdotas tan concretas de la historia son poco fiables.
Sin embargo, no dudo que la Tierra gire alrededor del Sol. Así como los coetáneos de Galileo tenían motivos para dudar de su teoría, yo no. ¿Por qué ellos si dudaban y nosotros lo asimilamos tan fácilmente? Por el simple de hecho que, por ejemplo, de que un día viniera un tipo diciéndonos que la Tierra gira alrededor del Sol describiendo órbitas en espiral.
Sin embargo, estos descubrimientos científicos (una vez demostrados, evidentemente) por radicales que parezcan a priori, al final terminan por ser interiorizados y nos los creemos. Y digo nos lo creemos porque por lo general aunque exista una demostración, nunca tenemos las ganas de mirar el por qué de las cosas.
Ahora pregunto, ¿me creeríais si os dijera que a día de hoy todavía hay gente en el mundo que piensa que la Tierra es plana? Pues es así. Podría ser que alguien creyera, qué se yo, que tiene forma de cono o de cilindro. Pero, ¿volver a lo mismo cuando hace años quedó demostrado que la Tierra es esférica?
Lo más gracioso del asunto es que hay un foro en internet en el que se defiende esta postura.
Haré una referencia al tipo de cuestiones que se suelen hacer. El apartado "physics" no tiene desperdicio.
Q: "Why are other planets round, but not the Earth?" 
(Traducción: ¿Por qué el resto de planetas son redondos pero la Tierra no?)
A: The Earth is not one of the other planets. The Earth is special and unlike the other bodies in numerous ways.
(Traducción: La Tierra no es un planeta más. La Tierra es especial y es distinta a otros cuerpos de numerosas maneras)

Esto es lo que yo llamo el criterio de misco: es así por mis cojones. Tiene narices el asunto: No... Es que... Verás: la Tierra, como es especial y Dios la hizo así de chachi, resulta que es plana. Qué bien ¿verdad?
Otra pregunta de mis favoritas:
Q: "What would happen if you jump off the disc's edge?" 
(Traducción: ¿Qué pasa si saltas desde el borde del disco?)
A: You would become directly affected by UA as the Earth is, creating the illusion that you are standing next to it.
(Traducción: Te afectaría directamente el UA (que creo que es el sustitutivo de la gravedad que se ha inventado esta gente) como la Tierra lo está, creando la ilusión de estás de pie a su lado.

La siguiente es de la sección "Geography":
Q: "Why doesn't water run off the Earth?" 
(Traducción: ¿Por qué el agua no se cae de la Tierra?)
A: There is a vast "ice wall" that keeps the water where it is. This explains why you can find a vast plane of ice as you travel southward. The wall is roughly 150ft high. In the McIntyre model, however, the height of the wall increases further as one moves toward the edge of the world. 
Antarctica as a continent does not exist except in the Wilmore model.
(Traducción: Hay un muro de hielo que mantiene el agua donde está. Esto explica por qué  puedes encontrar un amplio plano de hielo si viajas al sur. El muro mide 150 pies de alto. En el modelo McIntyre (que a saber qué es), sin embargo, la altura del muro se incrementa mientras uno avanza al borde del mundo. La Antártida no existe como continente en el modelo de Wilmore).
Y esta es, con diferencia, la mejor:

Q: "NASA and other world space agencies have pictures of the Earth from space, and in those pictures the Earth is clearly a globe; in this day and age, hasn't it been proven beyond any doubt that the Earth is round?"
(Traducción: La NASA y otras agencias espaciales tienen imágenes de la Tierra desde el espacio, y en dichas  imágenes la Tierra es claramente una esfera; en estos días y época: ¿no ha sido ya probado sin ninguna duda que la Tierra es redonda?)
A: NASA and the rest of the world's space agencies who claim to have been to space are involved in a Conspiracy to keep the shape of the Earth hidden.  The pictures are faked using simple imaging software.
(Traducción: La NASA y el resto de agencias espaciales que dicen haber estado en el espacio están involucradas en una conspiración para mantener la forma de la Tierra oculta. Las imágenes son falsificadas usando simple software de imagen)
Q: "Are you saying NASA had Photoshop in the 1960s?"
(Traducción: ¿Estás diciendo que la NASA tenía Photoshop en los sesenta?)
A: Of course not.  Back then the pictures taken were of far lower quality and were likely produced using analog means.
(Traducción: Claro que no. Antes las imágenes tomadas eran de menor calidad y eran tomadas probablemente usando medios analógicos.)

Es todo una gran mentira de la NASA. Nos quieren hacer creer que la Tierra es esférica para ocultarnos que, bajo el disco que en realidad es la Tierra, tienen su base secreta donde conspiran contra la humanidad,  organizan las crisis económicas, controlan los huracanes y sintetizan el virus del SIDA.
Cuando este tipo de noticias llegan a mis oídos, siento una terrible frustración. Ya es bastante triste que, en general, la sociedad de hoy en día tienda a la ignorancia; nos preocupa poco saber sobre qué ocurre a nuestro alrededor. Lo que no es concebible es no ya el ser ignorante, sino el esforzarse para serlo: coger el conocimiento, desmembrarlo y hacer con él una grotesca figura de arcilla sin orden ni concierto.
Si de algo se distingue el hombre del resto de animales es por su magnífico cerebro. Por favor: dejemos de intoxicarlo e intentemos darle alimento y una educación sana.


Señora 33

Hoy ha sido un lunes simple y triste, de los que se hacen notar.
Madrugón a desgana, vuelta al día a día, sueño, cansancio...
Un día en el que he dedicado todo mi tiempo a asuntos académicos.               Diría que he estado todo el día trabajando, pero no sería cierto. Aunque el trabajo del estudiante es precisamente estudiar, no es un trabajo como tal.
Cuando uno pasa un día como este, se plantea si es una máquina de hacer cosas y nada más. Si su vida va más allá de los folios de apuntes que estudia y de las clases a las que asiste.
Digamos que hoy ha sido un día poco "poético", nada inspirador.
De hecho, hoy me ha ocurrido algo curioso. Cuando he ido al supermercado  a comprar Red Bull (en aras de la supervivencia de mi concentración y atención, además de para suplir mi carencia de sueño), hacía cola mientras los carteles que separan tu compra de la de los demás llegaban con ímpetu e ira, lanzados por la cajera; quizá fuera prisa, quizá cabreo...pero el caso es que llegaban como balas, los proyectaba hacia el resto como si le fuera la vida en ello.
Y allí estábamos los clientes, en fila india como un rebaño de ovejas aguardando a que llegase nuestro turno en un ambiente taciturno y anodino.
Cuando al hombre que estaba delante de mi le ha llegado su turno, ha pagado, ha cogido sus cosas y se ha ido.
Una vez la cajera ha registrado mi escasa compra, le he pagado y cuando me ha devuelto el cambio, le he sonreído y le he dado las gracias tratando de ser amable.
Su reacción ha sido tardía: en cuanto se ha dado cuenta que la chica que tenía delante no le echaba una mirada despreciativa, la ignoraba ni le ponía mala cara, me ha devuelto una sonrisa complacida y me ha dicho gracias también.
Una vez estaba bebiéndome tranquilamente mi refresco energético después de comer, me ha dado por fijarme el el ticket de compra.


"Le ha atendido señora 33".
Hay que joderse.
La guinda para un día en el que te levantas desmotivado: no sólo te sientes como un robot autómata hecho para hacer exclusivamente tu deber, sino que hay gente que es tratada como tal y es numerada como el ganado.
Espero, señora 33, que mañana usted y yo tengamos un día mejor y nos sonrían más de una vez. Los lunes como estos dan bastante por el culo.



Gatos.

Esta tarde tenía frío, de modo que he ido al armario para coger una sudadera con la que abrigarme.
Al abrir la puerta, mi gato estaba sobre mi ropa. He acariciado su lomo y su cabeza, por detrás de las orejas y se ha puesto a ronronear, acercándose a mi mano en un gesto de satisfacción y felicidad.
Envidio a los gatos.
Para ellos, la felicidad es simple: mientras puedan comer, dormir y de vez en cuando reciban unos cuantos mimos, todo está bien; sus pretensiones no van más allá de esas tres tonterías, totalmente inconscientes del universo que los rodea, gozan de estar tumbados mientras se relamen las patas.
Y después se ponen junto a la ventana, observando tras el cristal como si estuvieran analizando cada detalle que sus ojos captan.
Pero no tienen ni idea de qué es lo que observan. Y son felices: por eso son felices.
Me gustaría ser un gato. Me gustaría que la felicidad fuese tan simple. Poder mirar por la ventana y ver a la gente pasar sin más preocupación  que esa, ver pasar a la gente. Podría ser feliz sin preocuparme por los estudios, por el amor, por las personas, por el universo....En lugar de preguntarme "¿por qué se difracta un electrón?" pensaría "¿me habrán llenado el comedero de pienso hoy? En vez de "¿encontraré el amor? me preguntaría  "¿tendré el arenero limpio?"
Me gustaría ser un gato para mirar a los humanos con desprecio pensando "sé las respuestas a todo lo que os preguntáis. Pero no os las voy a decir, ni siquiera me importan" y, acto seguido, maullaría cariñosamente para que me dieran una sardina.

lunes, 13 de enero de 2014

Habrá algo peor?

Prefiero el dolor físico a cualquier otro.
Prefiero romperme el brazo por seis sitios.
Porque no hace falta ser muy astuto para saber que no existe peor sufrimiento que tener el alma muerta y el cuerpo intacto.
Hay peor dolor que andar por ahí muerto a medias? O roto por dentro?
No creo que haya un estado más agonizante que ese que, a mi parecer, supera con creces lo que puede infligir cualquier tortura.

Vivo colgada de una ilusión.


Y me nutro de sus sombras.

Una teoría interesante.

Le he estado dando vueltas a una idea que me fascina siquiera que se me haya ocurrido.
Todos imaginamos la muerte de un modo u otro y siempre por lo menos una vez en la vida nos hemos hecho la pregunta retórica de si hay algo al otro lado.
En fin, la muerte es una fuente de innombrables fantasías que nos incitan a la pretensión.
Pero entonces mi ingenio ha hecho de las suyas y he tenido una ocurrencia de lo más excéntrica:
¿Y si la muerte es aquello que se toca cuando un orgasmo atraviesa nuestro cuerpo?
Explicaría muchas cosas.

Tienes la libertad de ponerle título.

Y entonces pasa que, de vez en cuando, terminas por cuestionarte todo.
Y hasta una pila de almohadas a tu juicio mal colocadas pueden alterar tu ciclo natural de reposo.
Y así sucede: se van creando líneas púrpuras (porque me gusta el color y punto, no tiene otra explicación) y nacen diversos absurdos que ni por separado ni en conjunto tienen algún tipo de significación comprensible. Carecen de sentido.
No son nada, como todos. Nada de materia, corpóreos o reales.
No es más que una madeja infiltrada e imposible de deshacer de pensamientos inconexos, abstractos y dementes.
Típico de mi, de mi Yo cursivo y luxado.
En fin, un eco inadmisible que ni siquiera quiero escuchar.

Yo escribo.

Somos pocos a los que nos gustan las letras de verdad.
Los libros, las frases cargadas de significado, los signos que nos hacen comernos la cabeza.
Eso que se llama reflexionar.
Unos de esos pocos, leen.
Y todavía menos de esa exigua minoría, escriben para aquellos que leen, o para sí mismos, pues también leen.
Convierten la mentira en realidad, y expresan el amor en 7 palabras.
Les basta un trozo de papel, un lapicero y su mente para crear algo de la nada, para transmitir lo inefable, para ser y hacer felices a los demás.
Por eso somos pocos, pero somos reales.

Generas lo que te sucede.

Aunque no la piense realmente, la idea del destino es atrayente.
Me gusta pensar de cuando en cuando que todo sucede por una razón. 
Que tenemos total dominio del mando teledirigido de nuestras vidas.
Esa razón por la que ocurren las cosas viene producida en consecuencia de una acción que tú mismo propiciaste, creando así una situación.
Por ello, el resultado es que generas lo que te sucede.

La vida es un regalo, y a caballo regalado no le mires el diente.

He aprendido.
He jugado con fuego y me he quemado.
He mirado la ruina humana directamente a la cara.
He estado junto a alguien decrépito, carcomido por dentro y por fuera.
Y he estado también corroída y concomida.
He sentido una aureola de seguridad en mi misma.
He experimentado.
He sentido mucho dolor, y sus heridas a medio cerrar u olvidadas.
He sentido felicidad, placer, éxtasis, plenitud, el amor.
He roto corazones y me han roto el mío.
He recorrido muchas distancias.
He mirado directamente al Sol sin apartar la vista, sin sentir su abrasión en la retina, y asimismo me ha deslumbrado.
He sentido lo que es romperse por dentro, lo que es que te den tu peor noticia, y lo que supone que te den la mejor, el alivio y el impulso, la fuerza y el poder.
He experimentado el frío y el calor más espantosos.
La ira, rabia, tristeza, piedad y amargura más intensos, quemándome, ardientes mientras subían por mi garganta. El nerviosismo punzándome las vísceras.
He pasado hambre y he estado a punto de reventar de empacho.
He estado contenta por el esfuerzo empleado en un logro obtenido, y decepcionada por un fracaso.
He reído.
He llorado.
He escrito.
He sentido.
He volado.
Joder, he vivido.
Sé que me queda mucho por vivir, pero si muriese ahora, lo haría con la certeza de saber que he vivido. Y por eso no me asusta la muerte, el fracaso, la indecisión, la pérdida, el dolor o no ser feliz.
No temo muchas otras cosas. Sólo da pánico lo que no se conoce.
E incluso todo eso pasa una vez sucede.
Y luego, en la oscuridad, no me queda nada más que yo misma.
Y ni siquiera le tengo miedo a eso.

¿Qué tal si deliramos por un ratito?

¿Qué tal si clavamos los ojos más allá de la infamia, para garabatear otro mundo posible?
El aire estará limpio de todo veneno tóxico que no provenga de los miedos humanos y de las humanas pasiones.
En la calle, los coches serán aplastados por los perros.
Los semáforos serán de distintos colores.
La gente no será manejada por su automóvil ni por su teléfono, ni será programada por el ordenador, ni será comprada por el supermercado.
La televisión será sustituida por la lavadora o por la chimenea.    
El entretenimiento, la nueva hipnosis, será el agua dando vueltas o las chispeantes llamas.
Se incorporará en los delitos penales la estupidez, que suelen cometer los que viven por vivir o por ganar, en vez de vivir sin más, como el pájaro que vuela sin saber por qué o el niño que juega sin saber que juega.
Nadie vivirá para trabajar. Todos trabajaremos para vivir.
La gente no llamará nivel de vida al nivel de consumo, ni calidad de vida a la cantidad de cosas que no se necesitan.
Los cocineros no creerán que a las langostas les encanta que las hiervan vivas.
Los políticos no creerán que a los pobres les encanta comer promesas en lugar de alimentos.
La solemnidad se dejará de concebir como una virtud, y la solidaridad no será insólita por ser natural.
Y nadie, nadie tomará en serio a nadie que no sepa tomarse el pelo.
La muerte y el dinero perderán sus poderes mágicos que nos entumecen y anquilosan.
Nadie morirá de hambre porque nadie muere de indigestión.
Los niños en la calle no serán tratados como si fueran basura, porque no habrá niños en la calle.
La educación no será el privilegio de quienes puedan pagarla.
La libertad y la justicia, hermanas siamesas arrancadas la una de la otra por estar condenadas a estar separadas, volverán a juntarse más anastomosadas que nunca, espalda con espalda, cabeza con cabeza.
Los actuales manifestantes de lo imprescindible serán ejemplos de salud mental porque se negaron a olvidar en los tiempos de amnesia obligatoria.
La "Santa" Iglesia corregirá algunos errores conceptuales en las tablas de Moisés y el sexto mandamiento ordenará festejar el cuerpo.
Serán reforestados los bosques arrasados del mundo, y los desiertos del alma.
Los desesperados serán esperados; los perdidos, encontrados.
Porque se desesperaron de tanto esperar y se perdieron de tanto buscar.
Seremos contemporáneos compatriotas de todos los que tengan voluntad de belleza, de justicia, de libertad, de vivir, hayan nacido donde hayan nacido, hayan vivido donde hayan vivido, sin importar quienes sean o sus temores, que serán disipados. Sin que sean relevantes las fronteras del mapa, las interiores o las del tiempo.
Seremos imperfectos, porque la perfección seguirá siendo el aburrido privilegio de los dioses.
Lo sustancial tendrá significado por sí mismo.
Pero en este mundo, que es utópico e inalcanzable, y que seguirá siendo algo chapucero y jodido, seremos capaces de vivir cada día como si fuera el primero y cada noche, como si fuese la última.

Fuck the system.

Mucha gente pasa la vida haciendo cosas que no le satisfacen, realizando tareas, repitiendo rutinas, anclándose a la corriente deshumanizadora de la cosificación y el uso de las personas, siendo una pieza más en un engranaje mellado y oxidado que hace tiempo que no funciona.
Me he dado cuenta de que me siento fuera de lugar en el cosmos porque no se supone que hago lo que debo hacer la mayoría de las veces.
Los clichés más trillados lo etiquetan de rebeldía, y en parte tienen razón, porque me niego a verme dentro de una década como ama de casa y pensando en tener hijos, me niego a verme en un laboratorio inclinándome sobre una placa Petri con dolor de espalda y tropecientas dioptrías de usar tanto el microscopio.
Lo rechazo, efectivamente me amotino en contra de eso, me prohíbo ser así, dejarme arrastrar por esa vida sedentaria y carente de emoción.
Eso me diferencia (la gente no suele entender por qué se suelen hacer planes con expectativa y fecha de caducidad de un año o menos).                     Tampoco me voy a subyugar bajo una variable absurda que no sirve de mucho. El tiempo no merece esa dedicación por mi parte.
Quiero dejar de estudiar? Claro que no. Pero si hago lo que hago es para aprender, para saber. No para tener un título o encadenarme a un escritorio.
Y por eso la filosofía me engatusa. Porque pienso. Porque escribo.
ESO es lo que me hace concebirme fuera del embrollo de una vida de tedio consuetudinaria, de lo que se espera que haga.
Eso hace que ignore mi cinismo por no irme haciendo autostop a Tailandia o trabajar de camarera en una cafetería de Yakarta.
Tal vez no quiera echar raíces en ninguna parte porque nunca las he tenido. No sé lo que es eso. Y no lo deseo. Y no me asusta la alternativa.                   No me inquieta ser nómada, ni pobre, ni ajena en un mundo desconocido y lejano por ya lo soy en este terruño, en la porción de tarta que conozco.
Llevo la aventura asentada en alguna parte profunda de mi.
Y por eso, que le follen a esa vida inapetente, a la hipócrita sociedad, a las posibles esperanzas que la poca que gente que conozco de verdad pueda depositar en mi persona.
Porque voy a vivir, y hacer grandes cosas. No se cuáles ni si serán exactamente "grandes", pero para mi tendrán relevancia, y espero que alguien también se la encuentre. Con una persona me vale.
Y si me asomo al borde del barranco, no tendré vértigo.
Y aunque estas palabras ya incluso desde el mismo instante de teclearlas están siendo devoradas por el silencio, constituyen mi única arma para defender mi mente, mi último bastión, de mi misma.



jueves, 9 de enero de 2014

We´ll all laugh at gilded butterflies.

Una vez más, se repite esa sensación de haberme colado en la fiesta.
No puedo impedir tener una sonrisa enorme pero burlona, pase lo que pase.

We don´t say when never.

How do u know when much is too much?
Too much information?
Too much fun?
Too much to ask?
And when it´s all just too much to bear?

domingo, 5 de enero de 2014

Persiguiendo la lluvia.

Ayer.
Afuera llovía como nunca.
Y yo allí, dentro de casa, como si intentara sobrevivir a la tormenta.
Calentita, con mi gato entre las piernas y un libro entre las manos al que no prestaba atención alguna. Releyendo la misma página una y otra vez, ofuscada por no poder concentrarme, irritada por no poder desviar los ojos y oídos del hechizo del agua.
Pensando en mi estupor que ojalá tuviese una gotera, tan sólo para poder sentir esas gotas con la mano al abrigo de mi edredón.
Y entonces una idea ya rondaba mi mente, algo que ya he hecho muchas veces, pero no en una tormenta tan fuerte.
Me estiro y me desperezo. Mi gato me mira preguntándose por qué me empeño en moverme, y mantiene ese interrogante en la mirada mientras me visto. No muchas capas de ropa, el propósito es el contrario.
Salgo a la calle. Sigue lloviendo.
Doy un paso y otro y otro. Ando unas 2 horas sin rumbo fijo, recreándome en la lluvia, sintiéndola sobre la piel, mojándome los pies en cada charco que encuentro, bailando ligeramente y sacando la lengua para que también roce las gotas.
No escucho música, no me hace falta.
Descubro nuevos sitios de la ciudad que desconocía por completo.              Prometo que volveré, aunque sé que lo más probable es que no lo haga nunca y sigo mi camino sin destino, ya que el fin no es corpóreo, es seguir sintiendo y ducharme en medio de la ciudad, con la ropa pegada al cuerpo, el pelo mojado, los leggins como si fuesen una segunda piel.
Nadie me molesta. No tengo que hablar. Sólo dejar extender mis emociones.
Experimentar, sentirme más viva que nunca.

jueves, 2 de enero de 2014

Evocando a Foucault.

Agrego que he encontrado una dificultad planteada por Foucault: la definición de una obra.
En efecto, es difícil, incluso imposible, definirla en relación a un sujeto individual.
Si se trata de Nietzsche, de Kant, de Racine o de Pascal, ¿en dónde se detiene el concepto de obra? ¿Hay que detenerlo en los textos publicados? ¿Hay que incluir todos los papeles no publicados, hasta las cuentas de la lavandería?
Si se plantea el problema desde la perspectiva del estructuralismo genético, se obtiene una respuesta que no sólo vale para las obras culturales, sino también para todo hecho humano e histórico.
¿Qué es la revolución francesa?¿Cuáles son los estadíos fundamentales de la historia de las sociedades y de las culturales capitalistas occidentales?    La respuesta plantea dificultades análogas.
Volviendo sin embargo a la obra: sus límites, como los de todo hecho humano, se definen por el hecho de que constituye una estructura significativa fundada sobre la existencia de una estructura mental coherente, elaborada por un sujeto colectivo.
A partir de ahí puede suceder que para delimitar esta estructura, puede ocurrir que nos veamos obligados a eliminar ciertos textos publicados, o a integrar por el contrario textos inéditos; en fin, no es necesario decir que puede justificarse fácilmente la exclusión de "la cuenta de lavandería", de esos trapos sucios.
Añado también que, en esta perspectiva, la puesta en relación de la estructura coherente con su funcionalidad con relación a un sujeto transindividual -o para utilizar un lenguaje menos abstracto- la puesta en relación de la interpretación con la explicación, adquiere una importancia particular.
En suma, hay 3 tesis centrales en esta posición: hay un sujeto; en la dimensión histórica y cultural tal sujeto siempre es transindividual; toda utilidad psíquica y todo comportamiento del sujeto son siempre estructurados y significativos, es decir, funcionales. Y forman la obra del mismo, porque no hay hecho humano que no sea estructurado, ni estructura que no sea significativa, esto es, que en tanto que calidad del psiquismo y del comportamiento del sujeto, no cumpla una función.