viernes, 31 de agosto de 2012

Cosas que me callo.

Hay ciertas cosas que no puedo compartir con cierta persona, cosas que no puedo decir, porque si las digo piensa que quizá le puedo seguir queriendo.
Y en cierta manera, sí, es verdad, lo sigo haciendo, pero no como antes. Ya nunca será el mismo tipo de amor. Siempre una parte de mí querrá a esa persona que, con todos sus defectos y virtudes, con todos los momentos de felicidad vividos y todos los malos pasados, es extraordinaria.
Y me jode no poder compartir algunos pensamientos.
Me gustaría contarle, por ejemplo, lo que significa "lavar la taza" para mí, expresión que acuñé viendo House. El mejor amigo de House,Wilson, tenía una novia que  murió en un accidente de tráfico y dejó todos los objetos de la casa que compartían como los había dejado ella. Poco a poco, al ir superándolo, empezó a cambiar las cosas, mover los muebles, dar su ropa....
Pero, sin saber por qué, lo único que no había movido ni alterado desde su muerte, era la taza de café que ella se había bebido por la mañana. Tal vez porque era la última cosa que ella había tocado.
Y por fin, al final de un capítulo grandioso, se decide a lavar esa roñosa y manchada taza de café con leche y se entiende que ya lo ha superado, que puede seguir adelante.
Pues bien. En cada ruptura que duele (sea del tipo que sea), todo el mundo tiene su "taza", una acción que realiza para superar las cosas.
Mi taza era una nota que tenía en el móvil en la que ponía lo que iba a llevar en la maleta en un viaje a un lugar maravilloso al que fuimos juntos.
Y poco a poco fui borrando la lista de cosas, hasta quedar solo el título de la nota. Y mientras fui metiendo sus cosas y nuestras cosas en cajas y olvidando (o mejor dicho no recordando) poco a poco. Pero me negaba a borrar esa nota. No era capaz. Creo que porque en el fondo representaba la esperanza de volver a hacer ese viaje algún día, juntos de nuevo.
Pero hace más o menos un mes, me debatía entre las últimas lágrimas de rabia (de rabia porque me saliesen) y de resignación, cuando decidí borrar esas pequeñas palabras de mi teléfono.
Y pasó algo mágico. No sentí nada durante un momento. Luego me sentí muy vacía, como si ya no quedase nada de esos momentos de mi vida. Y un poco después, me empecé a reír a carcajadas¡¡Lo había hecho!! y me acababa de dar cuenta de que, en el momento de hacerlo, de darle a eliminar, lo había superado de verdad.
Todo este hilo de pensamientos viene a cuento de que me gustaría poder contarte este tipo de cosas sin que  hubiese la más ínfima posibilidad de que creyeses que estoy como una teya o que sigo amándote en secreto o de que pusieses cara rara y no me dijeses lo que piensas, que sería peor.
En fin, eso era todo.

domingo, 26 de agosto de 2012

Haruki Murakami

-Me bajo aquí, es que no puedo llegar tarde.-le dijo. El conductor asintió y tomó el dinero.
-¿Quiere recibo?
-No me hace falta y quédese con el cambio.
-Gracias-dijo el conductor-.Tenga cuidado que sopla mucho viento, ¡no vaya a resbalar!
-Lo tendré.-respondió Aomame.
-Ah, y una cosa más. Me gustaría que recordara lo siguiente: las apariencias engañan.
           "las apariencias engañan"-repitió Aomame en su cabeza, y frunció ligeramente el ceño.
-¿Qué quiere decir eso?
            El conductor eligió las palabras.
-En fin, podría decirse que lo que está a punto de hacer no es algo normal, ¿no es así? La gente normal no desciende por unas escaleras de emergencia en la autopista metropolitana en pleno día. Sobre todo una mujer.
-Sí, es verdad.-dijo Aomame.
-Y cuando se hace algo así, el paisaje cotidiano...., ¿cómo se lo podría decir?...., tal vez parezca un poco diferente al de siempre. A mí me ha pasado. Pero no se deje engañar por las apariencias. Realidad no hay más que una.

sábado, 25 de agosto de 2012

Sueños malos.

Y flotando de forma etérea, mi subconsciente se introdujo en la peor pesadilla que jamás tendré.
Voy de la mano contigo, juntos otra vez, eso luego cuando me despertaste me negué a contártelo porque los en los sueños los deseos más puros de tu corazón se revelan y no se si ese deseo es cierto.
Esperamos la guagua mientras me abrazas fuertemente y cuando subo, algo no va bien. Lo entiendo cuando me dirijo hacia la parte de atrás creyendo que vas detrás y oigo un sonido inconfundible producido por un bebé, pero no le presto atención, pienso que es la radio o algo similar. Cuando estoy ya sentada, elevo mi mirada, buscándote.
Tú no estás, no has podido subir y golpeas las ventanas gritando que me baje, que no debo estar ahí.
La guagua se pone en marcha y corres, desesperado tras ella y todo empieza a oler a bacon. Unos brazos fuertes te agarran, insistiendo en que no tiene sentido que intentes salvarme, que debe ser así.
Sin ti, me siento todavía más desesperada y mi pesadilla cobra el lado más siniestro y agobiante que ha cobrado nunca.
Entonces se que aunque quiera sujetarme firmemente al asiento o a una de las barras, mi cuerpo empieza a moverse sin que yo pueda evitarlo de algún modo y me dirijo a la cabina del conductor.
Se lo que voy a ver, lo he visto antes, en otros sueños similares. Pero no puedo cerrar los ojos y que todo desaparezca.
Al llegar veo que el conductor es mi madre, que tiene algo entre los brazos, y me sonríe con una sonrisa macabra que jamás se borrará de mi memoria, mientras una manita le toca el cuello.
De pronto comprendo que tiene a mi hermanita, a lily, entre sus brazos y sigue sonriéndome de la misma manera escalofriante cuando el bebé se da la vuelta y nos mira a ambas.
Y ahora la peor parte debe efectuarse, por lo que a mi madre se le empiezan a caer los dientes, que se clavan en el bebé que llora y sangra por todos sitios.
Intento impedirlo y algunos dientes se clavan en mis brazos y cojo a lily, se que voy a intentar curarla, salvarla, protegerla.
Y cuando la tenía aparentemente segura entre mis brazos, me despertaste y todo acabó.
Lo primero que pregunté es si mi hermana estaba bien y tú me dices que sí que está con tu amigo, pero no me relajo del todo porque no estaba preguntando por ella.
Te empiezo a contar algunas partes de la pesadilla mientras tus brazos me envuelves y me limpias las lágrimas de la cara y de tu brazo, que he mojado también.
Al relatártelo me dices: tranquila, ¿era un sueño, ves? y me pellizcas y ese pequeño gesto por tu parte me hace sentir mejor. Como sabía ya que estaba en la realidad no puedo evitar que una pequeña sonrisa salga de mis labios y tampoco el pensamiento de que quiero dormir contigo siempre.
Te confieso que tengo miedo de volver a dormirme y soñar lo mismo, y tu respuesta instantánea es abrazarme fuertemente. Ya no tengo miedo, por que se perfectamente que si vuelvo a soñar, me despertarás.
Eres mi mejor amigo.

martes, 21 de agosto de 2012

Dolor infinito

Y fuimos andando lentamente hasta el puente, donde nos despedimos con un beso apasionado y lleno de lágrimas, de dolor, como si ese fuese el último que nos fuésemos a dar. Y lo fue, fue el último que nos dimos en nuestra relación.
Cada uno partió hacia cada lado del puente y yo, en una especie de trance fui caminando hacia el metro, muy despacio.
Entonces me llamó, y el corazón me dio un vuelco pensando que era porque no quería que todo acabase, porque se arrepentía de querer hacerlo, como yo, porque quería estar conmigo y no se había fijado. Pero una sensación similar a una fractura de hueso pero en cada célula de mi cuerpo se manifestó y ardí de dolor: él había corrido hasta mí y me había detenido porque yo aún tenía guardado algo suyo en mi bolso. Luego se fue y me quedé como una concha vacía mientras derramaba lágrimas y las gruesas gotas caían al suelo, disolviéndose.
Ese pequeño tramo hasta el metro fue el peor paseo de mi vida, porque sabía que en cuanto llegase al final de las escaleras todo habría terminado. En realidad ya lo estaba, pero llegar significaría un antes y un después y luego me quedaría ahí quieta, siendo consciente de que cada vez que pasase por ahí lo reviviría todo.

CAMBIOS.

Desde hace un tiempo, mi vida empezó a cambiar.
No me gustan los cambios pero ahora necesito uno, necesito creer que las cosas no pueden ser así, que pueden ser mejores, que en un segundo la vida es capaz de dar un vuelco y alterar todo como un terremoto,un tsunami, lo que sea.
Cualquier cosa que altere mi vida, porque por mucho que le diga a los demás con una sonrisa que me gusta cómo es, no es así.
Y mira que odio rebozarme en mi mierda y auto-compadecerme, porque se que hay gente que lo tiene más crudo que yo, y porque es la característica que desde mi punto de vista, es una de las más débiles de la condición humana.
Quiero la fuerza para dejar de conformarme y buscar ser una persona extraordinaria.
Y con eso no me refiero a poder llenar una bañera de billetes de 500, o tener un amor de esos que no se olvidan jamás, o ser más inteligente o incluso tener un superpoder.
Qué va! Yo busco ser una buena persona y que se me permita disfrutar de la vida a pequeños sorbos, no a bofetones como siempre suele pasarme. Lo que me jode es que siempre que creo haber encontrado la estabilidad deseada, esa meta dibujada en forma de diana en mi mente, algo pasa, y me sacude con tal fuerza, y tan inesperada que me hace querer huir, o esconderme o irme de este mundo, y tener otra vida.
Me hace envidiar a otras personas cuyas vidas serían para mi ideales. Luego, esa idea se introduce en mi cabeza y estoy deprimida hasta que vuelvo a encontrar la estabilidad, y luego PUM! vuelta a empezar todo de nuevo, a reeplantearme mi existencia y a arroparme por la noche como si alguien me abrazase para no sentirme tan sola. Y querer gritar que no puedo con todo, que por muchas obligaciones que tenga y cosas que haga, tan solo tengo 17 años y quiero ser normal.
Todo esto me lleva a querer cambiar las cosas por fuera para luego ir adentrándose, capa a capa. Y por eso quiero cambiar el color de mi pelo, para ver si cambiando algo, cambian las cosas también.
No se si tendré agallas para hacerlo, porque al fin y al cabo, la gente te define y su opinión, quieras que no, te acaba afectando por poco que quieras.

Best love confession ever.




-You´re okay?
-I love you. Oh my god! that just came..fine.. out of my face(balbuceos). I love you.
I do it again! I....I....I love you, I do and I´ve been trying not to say it, I´ve trying so hard to just mash it down and ignore it and not say it and Jackson it´s a great guy. He is, and he´s gorgeous and he´s younger than you and he doesn´t have any grandkids or babys with his lesbian BFS and he´s an Avery and he likes me, he really likes me.
But it was never gonna work out, because I LOVE YOU. I´m so in love with you.
And you´re in me, it´s like...you are a disease...it´s like I´m infected by you.

I can´t think about anything or anybody, I can´t sleep, I can´t breathe, I can´t eat. And I love you. I love you all the time, it´s every minute of every day.
I....I....love..you.


Y con esto de crear un blog me surgió un pensamiento en mi mente como una semilla y no se decir ni por qué. Al principio no supe decirme a mi misma qué era, pero más tarde pensé en las lágrimas y luego, casi inmediatamente, el pensamiento tomó forma. La idea que jugaba en mi cabeza era la lluvia, el aguacero.
Me gusta todo de la lluvia.
Amo la sensación de abrazarte a ella y dejar que el cuerpo se moje poco a poco, empezando por el pelo, del que van cayendo más tarde gotas de agua como si yo misma fuese una nube que descarga su contenido. Me gusta el olor que produce, que gracias a twitter se que se llama petricor o geosmina jejeje.
Y me encanta sentir cada gota sobre la piel y mover los pies suavemente, casi bailando mientras abro los brazos.
Cada vez que oigo una canción de natasha bedingfield que se llama unwritten en la que se canta esta frase: Feel the rain on your skin, no one else can feel it for you, only you can let it in, me acuerdo de lo que es sentir la lluvia y todo mejora por un momento.

 Muchas cosas buenas de mi vida me pasaron cuando nevaba o llovía. Uno de los mejores besos de mi vida fue empapada, bajo la lluvia. Y aunque reciba tan sólo una lluvia artificial producida por un aspersor, esa sensación me llena.

Está vivo o mueerto, papi?

Y por mucha memoria que tenga no podía recordar esa frase que te había dicho tantas veces, con la que nos habíamos reído tanto, que no creí jamás que fuese posible olvidarla. Esa frase que en tu peor día, te sacaba una sonrisa.
Y cuando te dije hoy otra parecida, tú tampoco te acordabas de ella.
Nuestros mejores momentos se borran poco a poco y sólo quedará la huella de lo que te hacía y me hacías sentir y un recuerdo difuso, borroso, difuminado e insulso de lo que éramos, de lo que llegábamos a ser los dos solos, juntos en nuestra burbuja de amor, de risas, de pura felicidad.
Y cuando he vuelto a casa me he obligado a mi misma a recordarlo hasta que me dolió la cabeza.
Y lo recordé.
Y el sentimiento de recordarlo y que me costase hacerlo, ha sido peor que el sentimiento de haberlo olvidado.
Siempre una parte de mí te pertenecerá y querrá, aunque sea muy muy en el fondo.

lunes, 20 de agosto de 2012

UTOPÍA DE MI VIDA.

Bueno, y esta es mi primera entrada. ¿Qué decir?! Hay tantas cosas que quiero compartir y de las que quiero quitar ese peso que normalmente se aloja en el alma...
Mi vida es perfecta.
Tengo un hermano y dos padres perfectos. Mi padre es genetista y mi madre química. Ambos se conocieron trabajando en un laboratorio y se enamoraron rápidamente y tras su matrimonio por todo lo alto en una ceremonia al aire libre, fueron felices, comieron perdices y nos tuvieron.
Vivimos en una casa blanca cuadrada y muy grande en El Escorial con una gran valla blanca, un gato y un perro. Tengo novio, uno que me quiere de verdad y mi hermana y yo jamás discutimos. Como tenemos una interna en casa que lo hace todo, jamás hay las típicas discusiones sobre quién lava los platos, lava la ropa o recoge el desorden. Nuestro jardín se extiende hasta la montaña así que tampoco hay necesidad de discutir por quién de nosotros saca al perro. Ah, sí y quiero curar el cáncer y voy a estudiar fuera, en una buena universidad porque nos lo podemos permitir y hablo español, italiano, alemán e inglés a la perfección.

Pero esto solo es un sueño, una ilusión, la utopía de mi vida.
No es la verdad. Lo cierto es que vivo en el centro de Madrid, vivo con mis abuelos y mi hermana en un piso de 90m porque mi madre es drogadicta y mi padre un gilipollas traficante y nunca se casaron (no fui un aborto de milagro).  Mi vida es un caos.
La única coincidencia es que tengo perro, pero es compartido con mi tía,por lo que ni siquiera es mi perro y las discusiones son muy comunes en mi casa.
Tenía novio, pero ya no me queda ni eso porque me dejó de querer paulatinamente y a mi me queda todavía una brizna de amor, pero ese tema queda para desenredar en otro momento.
No se lo que quiero hacer.
La realidad no podría estar más lejos de la ficción.