Antes se estudiaba filosofía y letras, ahora ya sólo filosofía, lo cual supone un cierto vacío cultural, una formación que personalmente valoro insuficiente.
Qué demonios, siempre puedo ponerme a hacer un tercer grado cuando termine esta odisea de hacer dos grados tan dispares al mismo tiempo, que me está costando un esfuerzo tremendo llevar a cabo con éxito.
Supongo que me lo merezco por haber sido tan vaga como para no querer hacer el BI.
Ahora estoy realizando un trabajo agotador. Pero al irme a la cama después de haber tenido que estar en un mismo día entre dos universidades con un titánico horario de 15 horas, caigo por supuesto cansada con la ropa de ese día puesta, pero muy satisfecha.
Es una aventura, son conocimientos distintos pero correlacionados.
La biología. La filosofía.
Lo que más debería impartirse y reflexionarse este siglo.
Admito que me he lanzado a la aventura. Que estoy un poco loca por cursar 120 créditos. Que duermo poco. Que hay días que tras una jornada especialmente larga tengo que irme a trabajar para poder seguir haciendo y aprendiendo mis dos pasiones.
La gente no lo entiende. Me creen valiente y demente.
Y por eso me fastidia enormemente el hecho de que, a pesar de mi empeño, de mi afán por hacer los dos grados satisfactoriamente, considero que mi formación es incompleta.
En biología me faltan cosas, me falta ánimo, más horas de laboratorio, más seminarios inspiradores.
En filosofía me veo coartada. No leemos a los grandes poetas. Es una filosofía en cierto modo deshabitada, deshumanizada, como la que habita las mentes de muchas personas. Yo soy la que debe impulsarse a sí misma para leer y leer y no parar de leer todo tipo de obras, sin guía alguna, buscando pautas, ejemplos, filosofías imbricadas en la prosa o en la lírica.
Pero yo no filosofo, no pienso mis propias ideas, sino que hago un repensar, un refrito escaso de las ideas de otros muchos.
Leo y leo, y pienso aquello que leo. Y lo vuelvo a leer.
Pero no hago mi filosofía y eso es algo que no estoy aprendiendo, que noto que me falta, aunque jamás lo haya tenido.