Y con esto de crear un blog me surgió un pensamiento en mi mente como una semilla y no se decir ni por qué. Al principio no supe decirme a mi misma qué era, pero más tarde pensé en las lágrimas y luego, casi inmediatamente, el pensamiento tomó forma. La idea que jugaba en mi cabeza era la lluvia, el aguacero.
Me gusta todo de la lluvia.
Amo la sensación de abrazarte a ella y dejar que el cuerpo se moje poco a poco, empezando por el pelo, del que van cayendo más tarde gotas de agua como si yo misma fuese una nube que descarga su contenido. Me gusta el olor que produce, que gracias a twitter se que se llama petricor o geosmina jejeje.
Y me encanta sentir cada gota sobre la piel y mover los pies suavemente, casi bailando mientras abro los brazos.
Cada vez que oigo una canción de natasha bedingfield que se llama unwritten en la que se canta esta frase: Feel the rain on your skin, no one else can feel it for you, only you can let it in, me acuerdo de lo que es sentir la lluvia y todo mejora por un momento.
Muchas cosas buenas de mi vida me pasaron cuando nevaba o llovía. Uno de los mejores besos de mi vida fue empapada, bajo la lluvia. Y aunque reciba tan sólo una lluvia artificial producida por un aspersor, esa sensación me llena.
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