martes, 14 de enero de 2014

Señora 33

Hoy ha sido un lunes simple y triste, de los que se hacen notar.
Madrugón a desgana, vuelta al día a día, sueño, cansancio...
Un día en el que he dedicado todo mi tiempo a asuntos académicos.               Diría que he estado todo el día trabajando, pero no sería cierto. Aunque el trabajo del estudiante es precisamente estudiar, no es un trabajo como tal.
Cuando uno pasa un día como este, se plantea si es una máquina de hacer cosas y nada más. Si su vida va más allá de los folios de apuntes que estudia y de las clases a las que asiste.
Digamos que hoy ha sido un día poco "poético", nada inspirador.
De hecho, hoy me ha ocurrido algo curioso. Cuando he ido al supermercado  a comprar Red Bull (en aras de la supervivencia de mi concentración y atención, además de para suplir mi carencia de sueño), hacía cola mientras los carteles que separan tu compra de la de los demás llegaban con ímpetu e ira, lanzados por la cajera; quizá fuera prisa, quizá cabreo...pero el caso es que llegaban como balas, los proyectaba hacia el resto como si le fuera la vida en ello.
Y allí estábamos los clientes, en fila india como un rebaño de ovejas aguardando a que llegase nuestro turno en un ambiente taciturno y anodino.
Cuando al hombre que estaba delante de mi le ha llegado su turno, ha pagado, ha cogido sus cosas y se ha ido.
Una vez la cajera ha registrado mi escasa compra, le he pagado y cuando me ha devuelto el cambio, le he sonreído y le he dado las gracias tratando de ser amable.
Su reacción ha sido tardía: en cuanto se ha dado cuenta que la chica que tenía delante no le echaba una mirada despreciativa, la ignoraba ni le ponía mala cara, me ha devuelto una sonrisa complacida y me ha dicho gracias también.
Una vez estaba bebiéndome tranquilamente mi refresco energético después de comer, me ha dado por fijarme el el ticket de compra.


"Le ha atendido señora 33".
Hay que joderse.
La guinda para un día en el que te levantas desmotivado: no sólo te sientes como un robot autómata hecho para hacer exclusivamente tu deber, sino que hay gente que es tratada como tal y es numerada como el ganado.
Espero, señora 33, que mañana usted y yo tengamos un día mejor y nos sonrían más de una vez. Los lunes como estos dan bastante por el culo.



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