Este proceso se convierte en tu propia piel y simplemente no te afecta.
En realidad, te define.
De pronto te ves de forma sombría como alguien incapaz de preguntarse sobre el mundo, una persona desinteresada y por tanto indigna en cierto sentido.
Eres alguien profundamente ausente en su propia presencia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario