Es desmoralizador el comprobar como, a pesar de los años transcurridos, seguimos sin hacer uso de nuestro diferencial de inteligencia con el resto de especies y no la utilizamos para lo poco que nos serviría: rectificar, aprender de nuestros errores, pedir perdón por tanto desatino y tratar de mejorar el mundo en el que vivimos.
Pero qué va. Seguiremos en nuestras posturas intransigentes, en nuestras trincheras, porque aunque digamos que no, nos regimos por la naturaleza, y esta nunca se arrepiente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario