viernes, 26 de julio de 2013

Deleuze.

Los flujos de deseo proceden por efectos y devenires, independientemente del hecho de que ellos puedan ser o no atribuidos a personas, imágenes, identificaciones. Así, un individuo, antropológicamente etiquetado de masculino, puede estar atravesado de devenires múltiples y, en apariencia, contradictorios. Ser es devenir rizomático.

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