El amor es algo complejo que debe surgir de algo sencillo y a la vez sublime. Lejos del cuerpo, cerca del ser.
Los deseos se entremezclan con hormonas y nacen del cuerpo.
En cambio el amor nace de la esencia, de la mente, de la conciencia profunda, del todo o nada. De darlo sin esperar nada.
Por eso en estos tiempos es común confundir deseo y amor.
Por eso a veces pienso que muy pocas personas conocen el amor genuino. Creo que han de ser las más internamente calmas, silenciosas, pacientes. Conocen el amor porque su alma se mezcla con el sentir del otro, con su yo.
Y no necesitan mostrarlo, porque en cada paso que dan, en cada gesto, en cada movimiento y pensamiento, van amando.
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