martes, 24 de diciembre de 2013

Tu sigues conmigo. Intacto, presente.

Mientras leo, respiro o me muevo te mantengo muy cerca de mi entre mis pensamientos, con la certeza de que nunca me abandonas del todo, que vigilas y asientes o disientes ante mis actos, ante mis decisiones. Que me sonríes no del todo abiertamente, en calma, en la tranquilidad de saberse incorpóreo. 
Contigo no necesito esconder mi pasión por determinadas cosas, porque a ti también te gusta lo que a nadie más interesa. Participas en ello, me haces feliz en una manera atípica. Aunque, ¿qué felicidad es habitual?

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