La falta de amor en las relaciones sexuales nos habla de un mundo hético, lacerante y derrotado.
Amar se parece al viaje de un viajero que se despide de todo y va a su encuentro.
El amor, todo amor, permanece oculto en su magnitud al viajero, y sólo lo halla después de haber viajado por el mundo durante su existencia.
Para mi el amor es otra realidad formal. Otra forma. Esa forma que no quiere para sí la sociedad corrompida y abyecta por falta de amor, esa forma, ese estilo.
El amor como residuo de una duración, un compromiso. Una fuerza ciega.
Sin amor, sin amar, nadie está libre de entrar en la locura.
Si alguien deja de amar, o hasta que no ama, no sabe quién es ni qué es.
El amor es precisamente un compromiso entre una libertad y un recuerdo, libertad en el gesto de elección.
De repente algo se mueve alrededor del viajero.
Es muy cómodo y placentero hacer el amor. No practicar sexo, sino hacer el amor hallándose enamorado.
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