Es la sensación inesperada de encajar con una persona.
De que alguien me guste en serio.
De que se me quede su olor en la ropa y me agrade.
De comprender aunque quizá sólo sea mínimamente.
Y pensar en su boca, en sus labios que encajan en los míos sin esfuerzo alguno; en el tacto de su lengua.
Y saber cómo es su personalidad, tranquila, paciente y a pesar de que sólo sea un momento, de forma efímera, hacerle sonreír.
Me encanta ser forofa del mismo equipo de fútbol y poder apoyarme en su hombro mientras toco su pelo suave y veo un partido al mismo tiempo.
Me deleita recrearme en la textura de sus brazos y sus manos fuertes y mirarle a los ojos.
Me fascina hablar con él y cómo me hace sentir.
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