domingo, 16 de marzo de 2014

Palabras.

Hay palabras que se mantienen y se agarran a la vida por encima de la carne, por encima de todo.
Se niegan a morir, como apelando a tu propia existencia, desnudándote.
La vida humana se reduce a un sueño y toda escritura se hunde en la mitología personal y secreta de su autor. El estilo literario funciona a modo de necesidad, como si sólo fuera el término de una metamorfosis ciega y obstinada. Me gusta verme en el límite de la carne y el mundo.

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