sábado, 1 de febrero de 2014

La mierda es necesaria.

Hace dos semanas, a lo largo de todos los días fueron muchas las veces en las que pensé: mierda. Repetí en mi fuero interno esta palabra. Frases como: "todo esto es una puta mierda" u "odio esto, es una mierda".
Y es que esa semana fue bastante asquerosa.
Pero dejando a un lado los detalles de por qué fue así (que son irrelevantes), y palabrotas a parte, me dije: habrá gente para la que habrá sido la semana de sus vidas, personas que hayan gozado de una semana maravillosa mientras las fuerzas del universo, el karma o cualquier otra gilipollez hicieron de mi semana un desastre.
Lo que quisiera resaltar de esto es que, mal que pese, este tipo de temporadas han de sobrevenirnos.
Si nuestra vida fuese un camino constante de flores primaverales, no sabríamos reconocer o apreciar los buenos momentos. Tenemos que vivir situaciones adversas, angustiosas, o simplemente desagradables para vivir con alegría de vez en cuando. 
Porque si no, no viviríamos. Existiríamos, pero no viviríamos realmente. 
Así que en estas ando yo, esperando ese buen momento tras una mala racha. Estoy en la calma que impera tras la tormenta, aguardando a que salga el Sol.

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