miércoles, 5 de febrero de 2014

Mi generación.

Mi generación se escribe
sin ¡oh! admirativo.
No oculta nada
en sus ojos jóvenes.
Ni le retan todavía
los achaques persistentes.
No escriben, ni cantan,
ni dibujan caracolas en el aire.
No toman whiskey ni bailan
en las horas que consagran a los demás.
Mi generación se escribe
sin verso que la caze.
Como el gentil gazapo
que se escapa de los trances.
No se habla de trabajo
ni de mujeres loables.
No se trata de dinero
ni de pollas en vinagre.

Mi generación no dice no
ni yo tampoco lo escribo.

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